La uralita es un material de construcción que gozó de mucha popularidad en el siglo XX, debido a que es un material económico, ligero, impermeable, ignífugo y fácil de manipular. Por todas estas características, ha sido un material empleado en casi todas las construcciones, de hecho, podemos encontrar materiales con uralita en nuestras propias viviendas o comunidades a día de hoy.
A partir del año 2002 ya estuvo prohibido su comercialización, quedando completamente prohibido en 2005 por la Unión Europea, aunque se sigue empleando en algunos países del sur de América. Esta prohibición fue debida a que el asbestos es un material cancerígeno, y cuando este esta en estado de descomposición, puede generar asbestosis o un mesotelioma, que son enfermedades que pueden llevar a un final fatídico.
¿Se puede reparar el amianto?
No. La ley estipula que una vez alcanzada su vida útil (La cual se estima 30 – 35 años en condiciones idóneas), este material debe sustituirse, impidiéndose cualquier otra opción. Así, las bajantes de amianto no pueden repararse y si un tramo está dañado tiene que realizarse el cambio de toda la bajante completa, siempre y cuando los demás tramos sean de este mismo material.
¿Quién puede retirar o sustituir la uralita?
Solamente pueden ser retiradas por empresas cumpliendo la legislación correspondiente del amianto, así debe tener al menos: Formación especializada, inscripción al RERA (Registro de Empresas con Riesgo de Amianto) y plan de trabajo aprobado aprobados por la Comunidad Autónoma correspondiente.
Por último, el amianto se considera un residuo peligroso, por lo que la empresa que transporte dicho material debe estar registrado en el NIMA, proporcionado por la planta de destrucción donde se desplazará los residuos para su futura eliminación.
Si no se cumple dicha legislación establecida en el Real Decreto 396/2006, podrá tener una sanción grave como delito contra la salud pública.